A medida que se acerca el fin de trimestre y ya se vaticinan los resultados académicos del curso, cuando se han probado múltiples y variadas técnicas, el desánimo y desencanto va haciendo mella en el profesor de a pie, intentando que este no se instaure llega hasta mi este recorte de prensa- todavía con el aliciente de cortar físicamente un texto-.
Sin entrar en la veracidad o no de dicha carta, su lectura no colabora a disminuir el desencanto que provoca un sistema educativo contrario al principio de responsabilidad del alumno. Más bien incrementa esa impotencia ante la posición que con la nueva ley mantiene la Consejería de Educación: para evitar el fracaso escolar hay que poner en duda la competencia profesional de los profesores exigentes; por consiguiente los resultados académicos mejorarían si el profesor estuviera " bien formado". Una ley más redactada por teóricos alejados de las aulas quee redactaron una LOGSE, una LOCE, una LOE y ahora una LOMCE que no hará que mejore el nivel académico.