jueves, 6 de junio de 2019

Aleam iacta est

La suerte está echada, es final de curso, está en juego el titular: E.S.O. ,  Bachillerato, la Prueba de acceso y admisión a la Universidad y con ello las reclamaciones , y los medios de comunicación, como en todo magnificando  el asunto y potenciando la eterna lucha entre profesores y alumnos, igual que en Roma 49 a.C.  César contra Pompeyo.  Cuando Julio César cruzó el Rubicón  sabiendo que provocaría el fín de la Republica y una guerra civil que duraría tres años; parece que usó esta expresión en griego : ἀνερρίφθω κύβος , que vendría a significar algo como "que el dado haya sido tirado " enfatizando que no había marcha atrás , que corría el riesgo cual juego de dados  imprevisible.
Pero esto no es una guerra, no es " divide y vencerás" ; vamos a unificar: el alumno tiene derecho a un examen conforme a lo que se le prepara; el profesor tiene que prepararlos e impartir el temario completo. Hay que hablar de cómo mejorar la preparación del alumnado y qué afecta en ello.  La solución  no es  potenciar que el alumno no asuma sus responsabilidades,  que se les pongan exámenes cada vez más fáciles. 
Los problemas cual bola de nieve se arrastran desde niveles inferiores en los que se facilita el aprobado, y se adaptan currículos y el que aprueba no siempre ha  necesitado  trabajar para ello: así el Bachillerato se convierte en un tragar contenidos como las ocas y patos  cuyo hígado casi  revienta a los que se sobrealimentan para hacer foie gras. Es impensable disfrutar en clase y enseñar matemáticas, se prepara a los alumnos para la prueba y a duras penas, por todos los contenidos que hay que impartir sin un entrenamiento previo. 

Hablemos de currículos, hablemos de planificación, de itinerarios, de alargar Bachillerato. Pero no de anular un examen porque no me he estudiado el teorema de Rolle, como no caía hace años  no me lo han explicado. No, tampoco es solución como ocurrió el año pasado quejarnos por que nos evalúan mal, cometiendo faltas de ortografía aquellos que pretenden ser profesores, yo he estado en tribunal de oposiciones y había un bajísimo nivel, no, no son esos los profesores que quisiera para mis hijos, bueno, ya, para  mis nietos, mis 32 años de ejercer de profesora de matemáticas me hacen pensar ya en nietos. 
 Es el momento de replantearnos qué sociedad estamos formando y, como siempre, desde la educación podemos mejorarla,  para ello habrá que comenzar por unos niveles mínimos de exigencia.

Descubriendo a Emmy Noether de la mano de Eduardo Sáenz de Cabezón.

                Verano, es tiempo de aprender, y para ello hay que leer; empiezo un libro : "El árbol de Emmy. Emmy Noether, la mayor ...