“La [ciencia] de la caballería andante que es tan buena como la de la poesía, y aun dos deditos más. Es una ciencia que encierra en sí todas o las más ciencias del mundo, a causa que el que la profesa ha de ser jurisperito, y saber las leyes de la justicia distributiva y commutativa, para dar a cada uno lo que es suyo y lo que le conviene; ha de ser teólogo, para saber dar razón de la cristiana ley que profesa, clara y distintamente, adondequiera que le fuere pedido; ha de ser médico y principalmente herbolario […]; ha de ser astrólogo, para conocer por las estrellas cuántas horas son pasadas de la noche, y en qué parte y en qué clima del mundo se halla; ha de saber las matemáticas, porque a cada paso se le ofrecerá tener necesidad dellas”.
Palabras que miguel de Cervantes puso en boca de Don Quijote de la Mancha
Cuando en una entrada anterior hacía la reseña de un nuevo libro y pedía a mis lectores opinión sobre el mismo; no podía sospechar lo sorprendente y enriquecedor que está resultando su lectura, sorprendente por que siendo su autor alguien tan cercano a mí en edad y en lugar de nacimiento no tenía referencia alguna sobre su trabajo y sus muchos libros editados; se trata de Antonio J. Durán nacido en 1962 en Cabra ( Córdoba) .
Así por fin letras y números forman un bello arpegio derrotando a los que siempre han pretendido escindir tales materias desde que el Trivium y el Quadrivium ya desunían las siete artes liberales.
Pasión y prudencia en perfecta sinergia laten en el corazón de un matemático; el eterno enfrentamiento entre lo apolíneo y lo dionisíaco ; uno lleva al cumplimiento del deber, de la demostración matemática rigurosa y el otro a la embriaguez y desenfreno necesarios para vivir, que lleva a la creación , al descubrimiento de resultados matemáticos.
Los griegos racionales, prudentes, -negaban una y otra vez en su fuero interno los números irracionales-pero estos estaban ahí, mostrando la potencia del infinito, en oposición a los tranquilos y justos griegos con su máximo representante Euclides, aparece Euler en el barroco despreciando la mesura y yo diría que hasta la cordura, mostrando así el ansia de infinito. ...
Continuará.
bueno el analizar q soy el primero en escriber se nota q no tienen apoyo chicos trabajen mas meparese mas o menos
ResponderEliminarEn repuesta al anónimo comentarista anterior, creo que no es el más indicado para aconsejar que trabajen más.
ResponderEliminar!Por favor un mínimo de coherencia y pulcritud al usar el lenguaje escrito !.